Los movimientos de tierra en obras hidráulicas constituyen un paso fundamental para la ejecución de este tipo de obras. Como bien sabemos, se han realizado durante milenios a lo largo de la historia de la humanidad siempre con el fin de garantizar el abastecimiento de agua a la población.
Cómo se puede nivelar un suelo irregular
No cabe duda de que es necesario disponer de infraestructuras adecuadas para la distribución del agua potable. Pero, ¿cual es la división de estas infraestructuras? Podemos encontrar de abastecimiento, como captaciones, canales y acueductos; de almacenaje, tales como depósitos, presas, balsas o estaciones de bombeo; de distribución, tales como acequias, tuberías y canalizaciones, y, finalmente, de vertido, tales como conducciones.
¿En qué consiste el movimiento de tierras en obras hidráulicas?
Las obras hidráulicas se definen como lineales y singulares. Las primeras están constituidas por estructuras como tuberías, acequias, canales, colectores, entre otras; mientras que las segundas las constituyen las balsas, depósitos, edificios, etc. Los movimientos de tierra en obras hidráulicas juegan un papel muy importante para la construcción de estas infraestructuras, ya que, comúnmente, se trata de obras de gran envergadura que han de construirse en terrenos de diferentes características. Por ello, en función de cuáles sean, es necesario que ejecutemos labores de movimiento de tierras que nos permitan ejecutar las obras con seguridad y eficiencia.
Como etapa fundamental, el movimiento de tierras debe cumplir unos parámetros que garanticen el éxito en la construcción de la infraestructura, realizando la preparación previa necesaria que se adapte a los parámetros de la obra a construir.
Las labores que se deben ejecutar son:
El terraplenado. Se utiliza cuando es el terreno debe disminuir su nivel para coincidir con el plano de arranque de un edificio. Se debe realizar un vaciado previamente.
La compactación. Aquí se aplica un esfuerzo al suelo para densificarlo, desplazando el aire contenido entre los granos del suelo.
El desmonte. Consiste en rebajar la rasante del suelo reduciendo su cota.
Durante estas labores, es importante que consideremos la definición geométrica a la hora de realizar los movimientos de tierra necesarios. En la mayoría de los casos, el agua se distribuye y se traslada gracias a la acción de la gravedad. Por tanto, debemos asegurarnos de que la inclinación resultante en el terreno sea la adecuada para facilitar el movimiento y la distribución del agua.
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